El 23 de mayo Rainbow Equality salió a la calle para ofrecer la solución -o parte de ella- de nuestra investigación y de nuestro reto: ¿Cómo acabar con la plumofibia en el lenguaje teniendo en cuenta la sociedad en la que vivimos?
La única solución es acabar con el machismo instaurado en la sociedad y educar en la igualdad. Para ello creemos que no se puede educar imponiendo ideas, sino debemos educar en la crítica y en la reflexión.
Partiendo de esta idea y con motivo de la MUAC creamos dos actividades para diferentes edades, donde los estudiantes deben plantearse sus propias ideas.
La primera actividad consistía en crear dos personajes para un supuesto cuento. Los dos personajes estaban representados por dos monigotes de cartón sin género establecido. Eran los propios estudiantes quienes debían decidir qué género -también podrían no establecerlo- se les daba. Posteriormente, creamos objetos para completar los gustos de los personajes: ropa (faldas, pantalones, tacones, etc.), joyería (collares y pendientes), aficiones (fútbol, casco, etc.), entre otras. La razón de esta actividad era que los propios estudiantes se enfrentasen a lo que la sociedad espera de ellos por ser hombre o mujer.
Nuestro objetivo era que entre ellos discutieses y expusiesen las razones por las que el personaje podía llevar tacones, tener falda y jugar al fútbol, por ejemplo. A su vez, nosotros les preguntábamos por qué habían decidido poner ese objeto al muñeco (dando igual si seguía las reglas del sistema patriarcal o no).
La segunda actividad consistía en proponer diferentes palabras -bujarrón, maricón, marimacho, etc.- con diferentes tres fechas donde ellos deberían elegir la correcta. Mientras tanto explicábamos el origen si era conocido, en qué obras aparecen por primera vez, etc.
La primera actividad estaba dirigida a un público más pequeño, hasta los doce años; y la segunda a partir de los doce. Sin embargo, al llegar descubrimos que esa primera actividad también les gustaba a los más mayores, y terminaban haciendo las dos.
Durante toda la mañana pudimos observar que los más pequeños tenían muchos menos prejuicios que los más mayores, les costaba más decidir poner unos tacones a quien era el "chico".
Por esta razón, desde Rainbow Equality queremos proponer este tipo de actividades donde los estudiantes se ponen en frente de sus propios prejuicios, y donde entre ellos, discuten -de una manera cordial- sobre los gustos que deben o no deben tener.
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